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“Tus datos son lo mas valioso de tu empresa y también son el objetivo de los hackers ¡Protégelos de la manera más eficaz!”.

En el mundo actual, el uso de las tecnologías por parte de las empresas es cada vez mayor (cloud computing, e-mails, WhatsApp, intranets, redes sociales, Smartphone, Tablet, pendrives, etc.). Mediante estos soportes tecnológicos, las empresas almacenan toda la información confidencial de las mismas (datos financieros o comerciales, datos de carácter personal de sus clientes, usuarios o empleados, derechos de propiedad intelectual, etc.), siendo por tanto muy necesario protegerlos frente a los ataques cibernéticos. Por tanto, cualquier empresa que maneje datos está expuesta a un ciber ataque, siendo la última línea de defensa la solución aseguradora.

Este uso masivo de las tecnologías nos facilita mucho la vida, pero no es menos cierto que nos expone a nuevos y desconocidos riesgos que son necesarios gestionar y prevenir de manera adecuada (a modo de ejemplo, el 70 % de los ataques cibernéticos son a Pymes y España es el tercer país en sufrir dichos ataques tras EEUU y Reino Unido)

Son los riesgos financieros, físicos o de paralización de la actividad, derivados de una vulneración de los datos o de un fallo de seguridad en los sistemas informáticos de una empresa. Dicho fallo o vulneración, podría originarse “online” y offline” (es decir dentro o fuera de la empresa) y de manera accidental o maliciosa.

A modo enunciativo pero no limitativo, podrían ser:

  • Empleados malintencionados: robo de equipos y/o datos de la empresa para obtener ventajas propias.
  • Negligencia de empleados: por envío de datos incorrectos, por la pérdida de hardware o por ser víctimas de fraudes electrónicos o phishing.
  • Intrusos externos: piratas informáticos lanzando ataques para interrumpir el servicio (denegación de servicio) o robando datos (información bancaria y crediticia, información personal identificable, información médica protegida, información corporativa, etc.).
  • Proveedores: a través de la nube (empresa de cloud computing) o centros de datos que podrían permitir accesos no autorizados o interrupciones en la red.
  • Redes sociales: intrusiones por puertas traseras (backdoor) en las empresas, a través de cuentas personales de los empleados (Facebook, Instagram, LinkedIn, etc.).
  • La Pérdida de Beneficios derivada de no poder operar por Internet, realizar ventas, distribuir sus productos o acceder a los datos de sus clientes.
  • El Coste de la Recuperación de los Datos en caso de secuestro de los datos.
  • El Coste en Imagen y Perdida de Confianza de los clientes y usuarios afectados por un ataque a la empresa.
  • El Coste de contratar Asesores Legales para que le informen sobre como notificar el incidente a sus clientes.
  • Las Demandas de Terceros por Responsabilidad Civil.
  • Las Multas y Sanciones Administrativas de los Organismos Reguladores de Protección de Datos.

Podríamos decir rotundamente que si por lo siguiente:

  • Porque el Daño Reputacional para una empresa es muy relevante, ya que los incidentes informáticos son siempre noticia.
  • Porque la Perdida de Clientes por falta de confianza en la empresa implicada en un incidente, puede ocasionar perdidas económicas para la misma.
  • Porque la Perdida de Beneficios en una empresa generada por una paralización de su actividad podría ser muy cuantiosa.
  • Porque existe la obligación legal para las empresas de Notificar un fallo de seguridad que implique una fuga de datos.
  • Porque los Empleados constituyen el eslabón más débil de su protección y es muy difícil de controlar esta variable para las empresas.

¿Quieres más información? Escríbenos y nos pondremos en contacto contigo.


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