En el contexto de los seguros médicos privados, se entiende por copago la cantidad de dinero que los usuarios de algunas pólizas deben aportar al disfrutar de un servicio médico y que se suma a la prima que abonarán el mes siguiente. La fórmula, procedente del ámbito cultural anglosajón, ofrece ciertas ventajas, en la medida que conciencia a los clientes de este tipo de seguros de llevar a cabo un uso responsable de los mismos y, además, evita la subida genérica de la prima, lo que resulta beneficioso (y es más justo) a la mayoría de usuarios, personas que no asisten habitualmente al médico.
Seguros médicos con copago
Los seguros médicos con copago son, en definitiva, una de esas fórmulas que las compañías han empezado a ofrecer a raíz de la crisis económica para ajustarse a las necesidades de las familias. De esta forma, este tipo de opción ofrece unos servicios de calidad a cambio de una prima general más reducida y solo repercuten en las economías domésticas en caso de que se haga efectiva la demanda. En este sentido, el precio de los copagos varía en función de la compañía aseguradora y el tipo de póliza (en función del precio del seguro), así como del tipo de servicio que se quiere recibir. En cualquier caso, antes de contratar un seguro de este tipo, es importante saber qué se va a pagar, cuáles son las coberturas y los servicios a los que se puede acudir.
Seguros médicos sin copago
Por el contrario, los seguros médicos privados sin copago son aquellos cuyo precio se abona en una sola cantidad fija, ya sea mensual o anualmente. Los beneficios son evidentes, en la medida en que no existe una preocupación por el coste añadido de los diferentes servicios y, además, no existe un incentivo para dejar de acudir al médico, un hecho que también hay que contemplar pues pudiera derivar en consecuencias no deseadas. En los seguros médicos sin copago todas las atenciones están cubiertas y no hay gastos extraordinarios que pudieran alterar la planificación privada.
Claves para decidir qué tipo de seguro médico necesitas
A la hora de optar por un seguro médico con copago o sin copago lo más importante es explorarnos a nosotros mismos, conocer cuál es nuestro perfil de usuario, cuáles nuestras necesidades y demandas, así como nuestras posibilidades económicas. De esta forma, junto con una sosegada elección de la compañía que mejor se adapte a nuestros objetivos, estaremos mejor preparados para optar entre una y otra modalidad. Como siempre, en estos casos, no basta con analizar las ofertas de las compañías, sino que es esencial llevar a cabo una ardua tarea de comparación, en la que pueden jugar un papel importante las corredurías de seguros o, simplemente, las experiencias de otros usuarios.
Al final, en la decisión de contratar un seguro médico privado tres elementos van a ser importantes: el uso que se pretende llevar a cabo, el importe exacto de cada modalidad del copago y la diferencia de precio entre ambas opciones, una diferencia que permita llevar a cabo una estimación bastante sencilla, aunque siempre mediatizada por la incertidumbre que rodea una cuestión tan sensible como es la salud de los individuos, sobre la que es imposible llevar a cabo cálculos fiables.
Resumiendo la experiencia manifestada por muchos usuarios en diferentes foros, el hecho de que el seguro médico privado incorpore o no copago es una variable más de las muchas a tener en cuenta a la hora de contratar un seguro al mismo nivel que la existencia o no de un periodo de carencia, del precio de los servicios, la inclusión o no de determinadas coberturas de hospitalización, embarazo, asistencia dental… o también los cuadros médicos a disposición del cliente.
Es más, muchas veces las compañías ofrecen ambas modalidades –seguros médicos privados con copago y sin copago– en la medida en que no les resulta nada complicado a nivel logístico o burocrático atender las diferentes demandas y abarcar una mayor cuota de mercado. Es decir, la oferta de ambas modalidades, comportamiento habitual de las diferentes aseguradoras, hace que la decisión final de contratación orbite en torno a otras derivadas, aunque pudiera inferirse que a las compañías les interesaría más la fórmula con copago en la medida en que se evitarían los usos abusivos a los que a menudo conducen las opciones de tarifa plana o precios fijos, una de las constantes reclamaciones de este tipo de empresas en sectores afines como los seguros de automóvil o vivienda.
En definitiva, la de seguro médico privado con copago o seguro médico privado sin copago no es una pregunta de única respuesta, sino que todas las opciones son válidas en la medida en que se ajusten al perfil del usuario, sus necesidades y posibilidades económicas. No hay razonamientos ni verdades absolutas en esta materia, por lo que resulta fundamental, como siempre, acceder a la información y cotejarla antes de tomar una decisión definitiva.